Buenos propósitos y vida plena


Tras la resaca de la alegre fiesta navideña nos llega la hora de ponernos manos a la obra y tratar de cumplir todas esas promesas y propósitos que tan importantes nos parecían el día de noche vieja y que ahora nos complican un poquito más la cuesta de enero.


Voy a dejar de fumar, voy a hacer más ejercicio, comeré menos dulces, disfrutaré más de mis hijos, voy a ponerme a dieta, acordarme de los cumpleaños, acostarme temprano, no gastar mucho dinero en tonterías… Pero ¡Qué pereza! Lo que entendemos por vida sana y funcional muchas veces nos causa más estrés de lo que debería, por lo que quizá nos debamos plantear si esos buenos propósitos que todos nos hacemos son los adecuados, o debamos pensar quizás en cambiar nuestra manera general de actuar, de funcionar, para no tener que hacernos los mismos planteamientos año tras año.

Así que pensando en otra forma de ver la vida y de enfrentarnos a ella, me ha venido a la mente la potente teoría de Carl Rogers sobre la plenitud del hombre. Psicólogo humanista por excelencia nos dejó un de los legados más importantes, la terapia centrada en el cliente. Como buen humanista, pensaba que el hombre es bueno y está sano por naturaleza, y si no es así, es porque algo se lo está impidiendo, quizás, desde mi punto de vista, nosotros mismos, que nos ponemos trabas para seguir adelante.

 Según Rogers, para tener una vida sana y ser “Totalmente funcionales” deberíamos seguir estas directrices:

1. Estar Abiertos a la experiencia: No estar en una posición defensiva. Significa ser capaz de aceptar la realidad, incluyendo nuestros propios sentimientos, tanto los buenos como los que vienen derivados de la ansiedad o el desconcierto.

2. Vivir en el aquí y el ahora: Disfrutar de lo que tenemos en el presente, sin olvidar nuestro pasado y haciendo planes de futuro, pero teniendo claro que esta parte sigue siendo recuerdos y sueños, no realidades presentes.

3. Confianza organísmica: Dejarnos guiar por aquello que creemos de forma natural que está bien, fiándonos de nuestro instinto. Confiar en nosotros mismos y en nuestro poder de decisión.

4. Libertad: Estamos en un universo determinista, por lo que no nos encontramos en posición de hacer lo que queramos, pero sí de poder optar por la posibilidad que se nos brinde. Ser libres es ser conscientes de ello y saber hacernos cargo de las decisiones y oportunidades que tomamos.

5. Creatividad: Cuando nos sentimos bien, tenemos ganas de interactuar con nuestro mundo. Y esto se puede hacer de diversas formas: a través de nuestro trabajo, dando amor a los demás, participando socialmente …

Espero que estas directrices os guíen u os den una idea más realista de lo que puede ser una vida plena. Seamos libres, confiemos en nosotros mismos y disfrutemos día a día, ya que mañana puede que no vuelva a salir el sol. Como suelo decir, más vale arrepentirme de lo que he hecho que de lo que he dejado por hacer :) y recordad...

3 comentarios:

  1. muy interesante, gracias, digno de darle vueltas y releerlo...

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Me gusto mucho, muy buen blog!
    el mio: pandecadadia.org

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